martes, 26 de febrero de 2013


ACTIVIDAD 2 EL CUENTO DEL FINAL PERDIDO


EL BÚCARO SIN DUEÑO
Mario, niño de nueve años, vivía en la costa: Teruel.  Era muy curioso. Le gustaba ir a explorar las ruinas abandonadas de la parcela de al lado de su casa. Se pasaba los días sólo, disfrazado y jugando.
 Un día se percató de que había una baldosa suelta. Su curiosidad le llevó a levantarla y encontró algo ahí dentro. Estaba envuelto y parecía que era frágil.
¡No creía lo que estaba viendo! Tenía en sus manos un búcaro. Pero no era uno cualquiera. Dibujado, en su exterior, había un jeroglífico. Mario pensó que se trataría de un mensaje cifrado. Estuvo tanto tiempo mirando aquel búcaro que, sin darse cuenta se había hecho de noche, se fue corriendo a casa con su valioso objeto bajo el pie en medio de la oscuridad.  ¿Qué era ese búcaro y por qué estaba escondido?
Por la mañana se despertó por el jaleo que estaba haciendo su madre en el salón. Se levantó corriendo y se dirigió a ella. Algo terrible había pasado. Habían entrado a robar, la cerradura estaba forzada. Su madre llamó a los polizontes y mientras tanto miraba qué se habían llevado. Se dieron cuenta de que no faltaba nada, sólo encontraron el búcaro en el suelo de la entrada hecho añicos.
Llegaron los polizontes junto con dos detectives. Informaron de que los rateros no andaban buscando dinero, sino que lo único que querían era ese lavavajillas, que al parecer guarda los planos para alcanzar la pócima de la vida eterna. Los investigadores cogieron huellas por toda la casa, recogieron los pedazos del búcaro y se marcharon.
Al día siguiente llamaron por teléfono. No conseguían montar el jarrón, les resultaba imposible...

FINAL

Pidieron ayuda a Mario. Éste se había tirado el día mirando el búcaro y se acordaba perfectamente del jeroglífico. Finalmente consiguieron montar el búcaro. Los polizontes descifraron su mensaje. Ya sabían dónde se encontraba la pócima, por lo que emprendieron la búsqueda. Debían encontrar la pócima ya que en malas manos podía resultar terrible. Pero, al llegar a su destino... ¡Sólo había una lata de refresco y nada más! Todo era una mentira, la pócima para la vida eterna no existía. A su regreso visitaro a Mario y se lo contaron todo y en agradecimiento le regalaron a Mario el búcaro. Lo puso en la estantería de su cuarto y para él ese jarrón siempre sería especial.


FINALES DEL CUENTO

FINAL 1
Después los ladrones encontraron el papel donde estaba escrita la poción y que la hallarían en una pirámide, la de Tutancamón casi a punto de morir que en su época él sabía cómo preparar la poción para la vida eterna pero su esposa tan avariciosa y mala como siempre se la intentó robársela fue tal el enfrentamiento que se rompió en dos mitades que se pusieron en las dos puntas del mundo para que la avaricia los mortales no se enfrentaran y llegaran hasta matarse.

FINAL 2

Los ladrones fueron a esa pirámide y tras muchísimas trampas para hallar la segunda parte del pergamino, con ya 2 ladrones muertos en el intento consiguieron hacer la poción y se la bebieron lo que pasa es que no sabían que también habían cambiado la receta para un veneno paralizante, la policía les pilló y les metieron en la cárcel.

PALABRAS

Parcela,
búcaro
polizontes

GAZAPOS
(Tino)


Gracias por todos los ejercicios.
Arturo


Denada Arturo, gracias a tí!Un beso

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